viernes, 26 de diciembre de 2008

Las fotos de Facebook

<< '¿Por qué quieres distanciarte de nosotros
Y de nuestra opinión?'

No escribo para agradaros
Algo debéis aprender.>>

Goethe
[Epigramas domésticos I, 2]

La mayoría de las personas sube las fotos que se toman en las fiestas con sus amigos. No está mal, pero cuando el 90% de tus fotos son de ti poniendo una sonrisa estúpida en una fiesta habría que pensar un poco: cuando la fiesta es en casa de un amigo, ¿se han quedado a recoger? La escena me recuerda a las ferias abandonadas; parecen decir que toda la alegría y felicidad que hubo allí era simulada.

Copio aquí fragmentos del capítulo 49 del segundo tomo de El mundo como voluntad y representación, del filósofo (más literario que he leído) alemán Schopenhauer:

<<El orden de la salvación

Sólo hay un error innato: pensar que existimos para ser felices. Es innato porque coincide con nuestra propia existencia: todo nuestro ser es solo su paráfrasis, y nuestro cuerpo, su monograma: no somos más que voluntad de vivir; la sucesiva satisfacción de todo nuestro querer es lo que entendemos con el concepto de felicidad.

<<Mientras persistimos en este error innato e incluso nos reafirmamos en él mediante dogmas optimistas, el mundo se nos presenta como una total contradicción. Pues a cada paso, en lo grande como en lo pequeño, hemos de experimentar que el mundo y la vida no se han hecho para contener una existencia feliz. Mientras que el hombre irreflexivo se siente atormentado solamente en la realidad, en el que piensa se añade al tormento real la perplejidad teórica de por qué un mundo y una vida que existen para ser feliz en ellos se adecuan tan mal a sus fines. Esa perplejidad se desahoga por lo pronto en suspiros como: "¿Por qué corren tantas lágrimas en el mundo?" y otros similares, y trae como consecuencia unos inquietantes escrúpulos hacia los supuestos de aquellos dogmas optimistas preconcebidos.>>

Nietzsche también lo decía. Cuando salía a caminar (poco antes de volverse loco) fuera de su cabaña y se enfilaba hacia la montaña, seguramente razonó que para disfrutar del efímero gusto de la vista había que sufrir una dura y empinada subida... y aún así, una vez cumplido el goce, ¿qué es lo que queda?..

Hay que regresar con Schopenhauer. La vida es una intermitencia: deseo>goce>tedio>deseo>goce>tedio... como verán sólo una fase de la secuencia involucra algo placentero (y por lo general es muy breve). Una minúscula isla rodeada de aburrimiento, deseos insatisfechos y sufrimiento.

Por eso el genio siempre ha buscado la inmortalidad, en lugar de perder el tiempo en fiestas (¿alguien vio 300?qué gran película).

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