miércoles, 18 de marzo de 2009

Por el Twitter, que simula anular o modificar el presente

No voy a perder mi tiempo en esto. Schopenhauer ya refutó que hubiera algo conocido como presente. Borges, por su parte, sugiere que la única eternidad posible es la del instante.

Publicar lo que estás haciendo no tiene sentido. No necesito obviar que si fuéramos estrictos, cada una de las actualizaciones de Twitter deberían ser: “Estoy escribiendo qué estoy haciendo en Twitter”.

La única manera positiva en la que puedo plantear Twitter sería semejante a lo que dice Borges de Tlön: no pensaban en la historia como una sucesión de hechos, sino como en un único pensamiento. Sería mucho más interesante si en Twitter la gente pusiera lo que está pensando. La historia universal no es otra cosa que la historia del pensamiento.

Estuve leyendo sobre otras cosas, y llegué a la conclusión de que cualquiera que crea en la fenomenología debe estar loco. No puedo concebir como a alguien puede ocurrírsele algo como la fenomenología sin ser un idiota empedernido.

Necesitamos otro Kant que nos saque de este oscurantismo en el que nos ha dejado. ¿Fenomenología? ¡Por favor! Primero hay que saber si es posible conocer algo. Nadie que crea en ella puede ganar el juego de Marco Polo. NADIE.

3 comentarios:

Eróstrato dijo...

Señor sniDer, me sorprende que considere que la fenomenología es una locura. Sobretodo porque encuentro sumamente fenomenológica su respuesta a la pregunta del Facebook. Lo digo en serio. Pues la fenomenología no es otra cosa que la ciencia pura de la conciencia.

Creo que a estas alturas es fácil atacar a la fenomenología, especialmente porque es el pensamiento característico del siglo XX. Su método y su aproximación al pensamiento filosófico duró al menos hasta el posestructuralismo francés. En nuestra época todo parece indicar un retorno al idealismo alemán, del cual Zizek sería la cabeza hegeliano-materilista. También creo (pero esto es especulación), que el lado schopenhaueriano estaría dado no por un filósofo, sino por el esteta y asceta Calasso. Pero eso es aparte. Lo que quiero decir es que estamos en una
etapa del desarrollo de las corrientes filosóficas en que las filosofías fenomenológicas, totalmente dominantes en la época inmediatamente anterior a la nuestra, parecen una locura desdeñable. Muchos ya han olvidado a Derrida o se burlan de él. Pero un hombre de verdadera cultura debe estar por encima de estas parcialidades: debemos serlo todo, como decía Pessoa. Sinceramente, creo que es absurdo considerar que genios (sí, genios) como Husserl, Heidegger, Derrida, Deleuze (algunos incluyen a Wittgenstein entre los fenomenólgos) fueran "idiotas empedernidos". Y enfatizo eso, porque sinceramente cualquier hombre culto que lo escuchara diciendo que Husserl y Heidegger son idiotas no sería muy amable con usted. Dejado eso de lado, lo invito simplemente debe ver el asunto con perspectiva. Usted habla de la posibilidad del conocimiento. Pues bien, justo lo que culminó la metafísica del siglo XIX fue nuestra comprensión en torno al problema del conocimiento y su relación con el sujeto y el objeto, es decir, todo el legado kantiano, la filosofía en sentido metafísico e idealista. Después de Nietzsche, sin embargo, fue cada vez más evidente que estas categorías eran sospechosas, aunque Nietzsche sea una excepción extraordinaria cuya interpretación sigue, en mayor medida, abierta (el primer hombre que contempló el mundo fuera de la jaula de Platón, según dice Calasso: nadie sabe aún qué vió). Por otro lado, el conocimiento científico y el auge del positivismo supusieron un reto importantísimo a la filosofía. Y aquí debo atreverme a decir que usted deja eso de lado por la ausencia de perspectiva histórica. Sólo debo recordarle que Hegel y Schopenhauer tenían pretensiones de que la metafísica fuera SUPERIOR como conocimiento de las cosas a la ciencia y aún fuese LA ciencia en sentido absoluto (lea el prólogo a la fenomenología del espíritu donde Hegel considera a las matemáticas una disciplina harto inferior a la filosofía, que es el verdadero conocimiento científico, y la teoría de los colores de schopenhauer, donde se atreve a burlarse de Newton). Sin embargo, el desarrollo impresionante de las ciencias dejaron estas pretensiones en el polvo. La metafísica en tanto ciencia se reveló, como Kant lo había predicho, imposible. Por ello muchos se preguntaron cuál sería la verdadera misión de la filosofía, cómo podría fundarse como disciplina autónoma. ¿Si la ciencia aportaba un conocimiento positivo aunque carente de sentido, cuál podría ser el sentido de una filosofía? Por ello la fenomenología, y el pensamiento del siglo XX con ella, se avocó a replantearse los fundamentos de la experiencia filosófica. "Saber si es posible conocer algo" es una pretensión de más que queda fuera del área de interés de la reflexión fenomenológica, que intenta adoptar los datos puros de la conciencia en un sentido inmediato. No me queda aquí salvo citar: "La fenomenología crítica busca parcelas de la realidad, parcelas que sean "intuitivamente", "manifiestamente" de la realidad -experimentado en una vivencia pre-científica-, y que no puedan ser explicadas por las conceptualizaciones al uso en la ciencia. Esa parcela de la realidad es la vida anímica o subjetividad trazscendental. Husserl la llamó "el mundo de la vida". Pero la filosofía crítica, podemos decir, se ha auto-inmolado para revelar las incongruencias del objetivismo cientificista, porque al problematizar el conocimiento y buscarle un fundamento, ha cerrado también, en principio, sus propias vías. Aquí es donde aparece el trascendentalismo kantiano y su división entre conocimiento ordinario y científico y conocimiento trascendental. Husserl, recuperando la reflexión de Kant, quiere venir a abrir una posibilidad para una filosofía sustantiva que, habiéndose hecho epojé de toda tesis, no busque ya un fundamento para el conocimiento, ni siquiera un concepto de conocimiento y trascendencia, y se limite a describir fielmente el fenómeno considerado como dato absoluto, proporcionado por una experiencia trascendental." Es decir, la fenomenología buscó ser una manera mucho más estricta de reformular el pensamiento filosófico, ahora bajo los datos puros de la conciencia y los fenómenos puros que escapan a la formalización científica. Pero esa actitud no es oscurantista: fue científica, de hecho lo oscurantista sería creer que existe otro modo de conocimiento positivo que no sea científico. Ahora bien, lo invito a pensar todo esto, verá que es un problema impresionante, que nos invita a replantearnos no tanto la posibilidad del conocimiento sino el hecho de que esa posibilidad sea metafísicamente caracterizable. Al respecto (e independientemente de que se considere a Wittgenstein un fenomenólogo, por cierto Zizek lo hace), el propio Wittgenstein aseguró que el único conocimiento estrictamente posible son las matemáticas y la ciencia, pero sus proposiciones carecen de sentido. Lo ético, lo estético y lo místico son indecibles. La filosofía es sólo un modo de aclarar ese malentendido."El método correcto en filosofía sería realmente el siguiente: no decir nada excepto lo que puede decirse, por ejemplo, las proposiciones de la ciencia natural, es decir, algo que nada tiene que ver con filosofía, y así, cuando alguien quiera decir algo metafísico, demostrarle que ha fracasado en dar significado a ciertos signos en sus proposiciones. Aunque nos sería satisfactorio para la otra persona —no tendría la sensación de que le estamos enseñando filosofía —éste método sería el único estrictamente correcto". Suerte jugando a Marco Polo y pretendiendo que eso es más que jugar a Marco Polo.

Otro punto. Usted contrapone a Kant y a la fenomenología. Nada más falso. Creo que no percibe que Kant es algo diferente, que está en el origen de TODA la filosofía moderna, tanto idealista como fenomenológica y postfenomenológica. La fenomenología se fundamente fuertemente en Kant y todos los fenomenólogos dijeron cosas importantísimas sobre Kant. Su ciencia es básicamente un replanteo del trascendentalismo kantiano.

En fin, me estoy extendiendo mucho. Sólo lo dejo con algunas recomendaciones. Primero: lea el tractatus de Wittgenstein y desengáñese de todas las nubes metafísicas del siglo XIX. Verá nuestra existencia a la altura de un genio iluminado, un verdadero Buddha. Segundo, si se ha interesado más por la historia de la filosofía, le recomiendo mucho leer a Heidegger para que entienda que la Filosofía tiene una historia y un desarrollo, que es posible hacer una crítica de la metafísica y pensar desde otro lugar. Tenga en mente que Heidegger es considerado unánimemente el rey del pensamiento del siglo XX, incluso por Zizek. En fin, lo invito a descubrir, como diría Hamlet, que "hay más cosas bajo el cielo y la tierra de las que sueña tu filosofía". Nos vemos.

sniDer dijo...

Eróstrato, he leído atentamente su larga respuesta. Además de que debo decir "obvious troll is obvious", tiene usted toda la razón. Creo ahora que lo que me molestó no fue tanto la fenomenología en sí, sino los usos absurdos de que es objeto ahora (pues como usted bien señala, su método y aproximación al pensamiento filosófico duró hasta el posestructuralismo francés).

Al menos ya fui ira desmedida. Un saludo.

Por cierto, ya aparté el Left 4 Dead; a fin de mes me lo entregan (bueno, más bien a fin de mes tengo el dinero para pagarlo, jejeje). A ver cuándo jugamos.

sniDer dijo...

http://images.encyclopediadramatica.com/images/5/5b/Trollercoaster.jpg