Un antiguo sacerdote exclama en “La escritura del dios”: “¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir!”
Es muy triste cuando la gente cree entender, y parlotea sin parar por horas sobre cómo sus creencias son verdades inmutables; citan a escritores que, según ellos, ya pensaron todo lo que había que pensar, para mostrar, como verdaderos académicos de la verdad universal, porqué lo que piensan es superior.
Sólo me queda verlos tristemente y condescender con ellos (pues nunca entenderán), mientras en mi mente aparece esta imagen:
A veces me gustaría creer en los dioses, o cantar para que regresen, como Ricardo Reis.
1 comentario:
Es triste cuando la gente piensa que todo es sobre ellas, o que desperdiciaría mi tiempo escribiendo algo para refutarlas (o leyendo contestaciones que ya sé que dicen). No argumento con la necedad.
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