lunes, 25 de agosto de 2008

Una oda de Ricardo Reis

Sigue tu destino,
riega tus plantas,
ama tus rosas.
El resto es la sombra
de árboles ajenos.

La realidad siempre es más o menos
de lo que nosotros queremos.
Sólo nosotros somos siempre
iguales a nosotros mismos.

Suave es vivir solo.
Grande y noble es siempre
vivir simplemente.
Deja el dolor en las aras
como exvoto a los dioses.

Mira de lejos la vida.
Nunca la interrogues.
Ella nada puede
decirte. La respuesta
está allende los dioses.

Mas serenamente
imita el Olimpo
en tu corazón.
Los dioses son dioses
porque no se piensan.

Ricardo Reis

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